Sanidad nos ofrece un «semáforo de colores» para elegir lo que comemos

Sanidad nos sigue trayendo noticias, Sanidad nos sigue dando artículos para opinar. La relación esta vez se establece con la alimentación y el «etiquetado nutricional frotal» que se quiere incorporar a partir de 2019 como información complementaria.

No obstante, el también llamado «semáforo nutricional de colores» ha generado cierta controversia desde su anuncio. ¿Qué será del aceite de oliva? ¿Cómo se explica el valor en refrescos? ¿Se puede adaptar una iniciativa francesa a la Dieta Mediterránea?

En primer lugar deberíamos definir el sistema de Nutri-Score, una valoración que se va a adoptar también en países como Portugal o Bélgica. El «semáforo nutricional» es un gráfico de cinco colores y cinco letras (A/B/C/D/E) que valorará la calidad de los productos. Y esto lo hará según factores negativos (contenido en grasas saturadas, sal, azúcares o calorías) y positivos (contenido en frutas, verduras, fibras y  proteínas).

Según podemos entender, los alimentos se clasificarán de verde a rojo en función de la composición nutricional para 100 gramos del alimento. Lo hará gracias a un algoritmo que atribuye los puntos. La medida fue anunciada por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social coincidiendo con el Día Mundial de la Lucha contra la Obesidad.

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Aquí puede verse representado el «semáforo nutricional de colores» (Webconsultas)

El algoritmo sería universal para todos los productos alimenticios, con adaptaciones en bebidas, materia grasa o quesos. ¿Quesos? Sí, recordemos que proviene de una medida francesa. A causa de ello se generó muchísima polémica los primeros días, debido a una imagen promovida por SinAzúcar.org que mostraba el etiquetado negativo del aceite de oliva (naranja, D) frente a una Coca-Cola Zero valorada positivamente (verde, B).

Es obvio que este hecho destroza por completo el rigor de este semáforo. El motivo es bastante claro: el sistema Nutri-Score debe adaptarse a la Dieta Mediterránea antes de ponderar los alimentos que encontramos en nuestros supermercados. Ante tanto revuelo el propio Ministerio actualizó la información y dio algunas claves de lo que se pretende.

Podéis leerlo en Twitter: nos dicen que «se implantará en alimentos compuestos por más de un ingrediente. Por ello no es aplicable ni al aceite, la leche, la miel» y que «en España se adaptará a la dieta mediterránea, para lo que se contará con los mejores expertos en la materia».

Más información podemos extraer de la entrevista de AECOSAN al diario El País, donde aseguran que el etiquetado «indica de forma visual, atractiva y simple las características nutricionales que tiene el alimento» y hablan de «campañas informativas específicas para explicar y facilitar la comprensión e interpretar la lectura de este nuevo gráfico NutriScore».

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La imagen de la polémica: comparación entre aceite de oliva y Coca-Cola Zero (La Vanguardia)

¿Qué debemos saber los consumidores para aplicar debidamente el semáforo? En primer lugar, que este «etiquetado nutricional frotal» complementa la información que se encuentra en el reverso del etiquetado, donde se pueden leer los ingredientes y la tabla nutricional. No debemos olvidar que esta información será siempre más rica que un gráfico coloreado.

El segundo punto es que estos códigos son útiles solo si comparamos entre marcas o entre productos de la misma gama. Es decir, comparar una bebida carbonatada con un zumo o un producto cárnico no tendría ningún sentido. Nos sirve para obtener una opinión visual, rápida y simple a la hora de elegir entre diferentes salsas, galletas o conservas.

Una puntualización interesante es que dentro de los lácteos tampoco deberíamos comparar un yogur frente a un queso, porque su composición difiere bastante. Este sería un claro ejemplo del funcionamiento: nosotros hemos enfrentado diferentes lácteos a través de OpenFoodFacts.org para hacer la prueba (cuidado, recordemos que este etiquetado  y sus valores aún no se ha adaptado a la Dieta Mediterránea).

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Valoración para tres lácteos del «etiquetado nutricional frotal» a 03 de diciembre de 2018

El semáforo, aplicado con criterio, actuará como un complemento final. En tercer lugar, debería potenciar los productos frescos en detrimento de ultraprocesados. Lo último a destacar estará por ver, pero tal vez productos peor catalogados puedan plantearse reinventar su fórmula para hacerlos más saludables de cara al futuro y mejorar su valoración.

La OCU ha pedido tener en cuenta «la presencia de aditivos, la lista de ingredientes, la relación entre nutrientes o el grado de procesamiento del producto que tenemos entre manos». Por otro lado, el «semáforo alternativo» de cinco grandes multinacionales ha quedado suspendido por «insuficiente comprensión y apoyo al sistema propuesto» dicen.

Recordemos que el semáforo de colores es voluntario por el momento, pero Sanidad pretendería hacerlo obligatorio de cara al próximo año a través de un Real Decreto.


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